Ahora
que se acercan las Navidades quizá pensemos en buscar un lugar para
descansar, al igual que hacen las minifigs de LEGO. Ellas han encontrado
este hotel que ha sido construido por Kris Kelvin y, a pesar del
pequeño ajetreo a su alrededor, estamos seguros de que sus interior es
acogedor.
Fiel por completo a la técnica SNOT, es difícil encontrar un sólo
stud en esta construcción. Parece como si no hubiera sido construido con
ladrillos LEGO. Hasta los vehículos están repletos de detalles y
carecen de un solo stud a la vista. Tan solo podemos descubrirlos en el
interior del subterráneo, pero… ¿quién iba a mirar allí?
Hay detalles originales, como la forma de construir barandilla que
recorre la escalera y la continúa en la plaza superior, que sigue una
técnica similar -aunque con piezas diferentes, a la barandilla de los
balcones.
También merecen mención los pilotes para evitar el aparcamiento en
las aceras, las farolas o hasta el paso de cebra. Lo cierto es que el
reflejo de una calle como ésta no recuerda a un día de lluvia.
Desconozco si se pretendía este efecto.
En el tejado debemos fijarnos en las chimeneas y en el acabado
conseguido con las bolas negras, así como en las piezas que rematan la
caída del tejado, o el remate que delimita el cambio de plantas. El
cartel del hotel es réplica del que aparece en el Café Corner.
Con la foto del lateral podemos prestar atención a otros detalles
llamativos, como el semáforo que cuelga de la farola, la caseta redonda
publicitaria o la figura que toca el acordeón a la espera de la
propina,… ¡para ello ha dejado el gorro en el suelo! Todas la figuras
están en movimiento, lo que le da vida al diorama. Por otra parte, la
presencia de doble altura le infiere una mayor profundidad y lo presenta
como un conjunto algo más especial que los tradicionales dioramas
planos.
La parte posterior mantiene el nivel de detalle del resto, y nos
permite ver el interior del subterráneo, donde tampoco faltan las
figuras que esperan la llegada del tren.
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